Creo que empecé demasiado pronto a reflexionar sobre la vida en vez de vivirla, y comencé demasiado tarde a tener plena conciencia de que la vida en sí misma es una acción, por lo tanto no había más que reflexionar…...

El año del conejo

16 de mayo de 2011

EL PODER DEL PENSAMIENTO SOBRE LA SALUD


 

Por el Profesor Dr. Trino Soriano.
  Desde hace décadas estamos enseñando, en nuestra Escuela de Ciencias Biológicas de la Salud, la tremenda influencia que tienen nuestras percepciones, que instantáneamente transformamos en emociones, sobre la fisiología del cuerpo humano.
  Cualquier función de nuestro organismo, puede ser mejorada o alterada por nuestras emociones que, al fin y al cabo, las fabricamos nosotros mismos con nuestra forma particular de percibir e interpretar la información que recibimos.
  Para entender mejor este concepto, debemos conocer lo fundamental de este mecanismo, que técnicamente llamamos Picosomática; especialidad que estudia las reacciones que se producen en nuestras funciones fisiológicas, como respuesta a los estímulos que recibimos del mundo exterior, una vez filtrados y procesados por nuestra mente.
  Como ayuda, para comprender el funcionamiento de este mecanismo, plantemos cuatro pilares fundamentales:
1.- La percepción.
2.- El impulso nervioso.
3.- El sistema inmunológico.
                                      4.- Las  funciones  fisiológicas .
1.- La Percepción.
  La percepción es un pilar fundamental para la salud y para todas las actividades de la vida. Según como interpretamos los mensajes, o información que recibimos, nuestra respuesta puede ser adecuada o inadecuada, beneficiosa o perjudicial, favorable o desfavorable, para nuestra vida y nuestra salud.
Lo interesante de este razonamiento es que la manera, mediante la que percibimos la información recibida en los actos de la vida diaria, depende principalmente de la forma mediante la que nosotros hemos educado (o han educado) nuestra conciencia y de nuestro aprecio o amor por las demás personas.
   No olvidemos esta norma que podemos observar en la vida diaria:
- Cuánto mejor programación de las prioridades y amor por los demás: Más calidad de vida.
- Cuánto más anarquía y menor aprecio por los demás: Peor calidad de vida.
  Esto tiene una explicación biológica y bioquímica. Cuando nuestro estado anímico mejora o empeora, según la forma, positiva o negativa, en que interpretamos la información que recibimos del entorno, nuestra salud, a la vez, puede mejorar o empeorar, puesto que esta información se transmite instantáneamente al resto del organismo mediante el Impulso Nervioso.

2.- El Impulso Nervioso.
  No es necesario recurrir a definiciones excesivamente tecnológicas, para explicar de forma clara y científica, la función que realizan los neurotransmisores, aunque siempre es necesario contar, en este terreno, con el apoyo de las investigaciones, que fueron fundamentales para explicar esta función, a cargo de nuestro apreciado Nóbel, Santiago Ramón y Cajal. Por ello, hoy está al alcance de todas las culturas el hecho incuestionable de que cualquier reacción, positiva o negativa, de nuestra percepción, es transmitida por nuestros neurotransmisores, impulsados a través de nuestro extraordinario sistema nervioso, al resto del organismo, afectando directamente a las funciones del sistema inmunológico; ya sea mejorándolo mediante estímulos de recuperación o debilitándolo mediante estímulos deprimentes. Este proceso, que afecta a todo el organismo, se realiza de manera rapidísima, llegando a alcanzar el impulso nervioso, velocidades de hasta 2500 veces por segundo. Por lo tanto el resultado y el efecto de estos impulsos, depende directamente de cómo nosotros percibimos la información, sea de manera constructiva o destructiva. Pues bien es sabido, que hasta las más duras experiencias tienen mucho de positivo y de enseñanza para el futuro, por lo que dicha valoración siempre protege la salud.
  En el caso de analizar nuestra relación con otras personas, la influencia sobre nuestra salud va a depender mucho de cómo nosotros entendemos a los demás, o usamos nuestra empatía o interés en los demás, para valorar siempre el trato, con cualquier individuo de manera constructiva, observando los beneficios que nos puede aportar dicho trato. Pero siempre hay beneficios. Y en el caso de que no podamos soportar dicho trato, entonces debemos reconocer que tenemos un problema de concepto, o programación defectuosa, que tenemos que solucionar sin falta, pues en caso contrario se perjudicaría progresivamente nuestra salud. Evidentemente, cuanto menos interés tengamos por los demás, más nos van a molestar y más van a perjudicar nuestra salud, de manera inconsciente. Cuando nos falta interés y no somos capaces de ponernos en el lugar de las personas con las que tratamos, la información que ellas nos transmiten nos molesta y debilita progresivamente el Sistema Inmunológico.
3.- El Sistema Inmunológico.
  El sistema inmunológico tiene multitud de funciones en el organismo humano, a fin de mantener todas las constantes fisiológicas en perfecto funcionamiento sin ningún tipo de problema (homeostasia), lo cual equivale a “salud normal”.
  No obstante, cualquier alteración, debido a una percepción mal interpretada, transmite una orden, mediante los neurotransmisores, al sistema inmunológico que puede afectar, de manera insospechada, a cualquier función vital para el mantenimiento de la salud, desde una alteración del pH del plasma, con la consecuente alteración del terreno orgánico para desarrollar procesos infecciosos, hasta una patología funcional, de cualquier aparato o sistema del organismo, dependiendo de la estructura genética de cada individuo.
  La cuestión es, que la información que el sistema inmunológico recibe mediante la neurotransmisión, inducida por nuestra percepción particular, se procesa en forma de órdenes, positivas o negativas, que nos pueden ayudar a salir de cualquier enfermedad teóricamente incurable, o nos pueden hundir en una enfermedad de tipo degenerativo. Con lo cual llegamos a un punto fundamental en esta consideración; a saber: “Si conseguimos entrenar nuestra percepción, sacando provecho de todas nuestras experiencias diarias, y facilitando unas funciones nerviosas normales, entonces nuestros neurotransmisores enviarán esta información, de normalidad y tranquilidad, a nuestro sistema inmunológico, que a su vez será capaz de mantener el equilibrio en nuestro organismo, regulando la homeostasia o normalidad en todas las Funciones Fisiológicas.
4.- Las Funciones Fisiológicas.
  Estas funciones son las que mantienen la vida. En ellas se encuentran trabajando todos nuestros aparatos orgánicos y sistemas; es la máquina de la fisiología humana, con sus constantes funciones de asimilación nutricional, regeneración celular y eliminación de residuos. Cuando alguna de ellas falla, el mecanismo completo de la maquinaria humana comienza a deteriorarse.
  El hecho de que un órgano tenga prioridad en comenzar a fallar, inducido por una mal entendida percepción de nuestro entorno, dependerá de la constitución genética de cada individuo. No obstante, no debemos olvidar que junto con la percepción particular de cada individuo, hemos de considerar otros factores, como pueden ser los hábitos de vida, el medio ambiente y los nutrientes contaminantes, o los tratamientos farmacológicos con efectos secundarios.
  En muchos casos, es cierto, que la delicada cadena que forman los mecanismos de percepción, impulso nervioso, sistema inmunológico y funciones fisiológicas, ya está alterada por diversos factores de contaminación y forma de vida, o tratamientos inadecuados, por eso precisamente, tiene una importancia vital cuidar bien la cadena de sostén que forman las cuatro columnas, que se han citado en los anteriores comentarios, porque, desgraciadamente, cuando esta cadena psicosomática falla, el edificio humano entero se viene abajo, puesto que la contaminación de la sociedad de consumo ya se ha encargado de herir con carcoma los entramados celulares del organismo, y solo falta que se hunda la envoltura psicológica que mantiene y distribuye nuestra energía vital.
  No lo olviden, “el amor y la empatía producen una percepción más normal del entorno, una transmisión nerviosa mas relajada y natural, una regulación hormonal y un sistema inmunológico mas equilibrados, y unas funciones fisiológicas normales, lo que equivale a < normalidad en la salud >”.

INVESTIGACIÓN PARALELA.

PRESENTACIÓN: Como complemento científico al artículo “El poder del pensamiento sobre la salud”, les invitamos a leer la entrevista realizada al Prof. Dr. Mario Alonso Puig por “La Vanguardia Digital” y a entender, de forma sencilla y efectiva, la terapéutica bio-respiratoria que recomienda para mejorar nuestras capacidades y el equilibrio en la salud..
Escuela de Ciencias Biológicas de la Salud.
(Las notas en letra cursiva las hemos añadido como aclaración a los lectores).
 PSICONEUROINMUNOLOGÍA
 LO QUE EL CORAZON QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA.
INFORMACIÓN DEL AUTOR.
 El Dr. Mario Alonso Puig, es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo. Es Fellow por la Harvard University Medical School, y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.  A los 48 años, en 2004, publicó “Madera de líder”; en 2008, “Vivir es un asunto urgente”, y en 2010, “Reinventarse”. Está casado y tiene tres hijos. Trabajó, durante dos años, en el Instituto de Ciencias Neurológicas de Madrid. Destaca que hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y, a la vez, amable con las personas. 

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. “Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando”. Hay que entrenar, por lo tanto, la mente de forma adecuada.


- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión? 

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología? 

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos. 
¿Podría explicar de manera sencilla de que se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés
(estrés perjudicial), esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación que abarca todos los procesos del sistema hormonal.

-¿Qué tipo de cambios negativos podrían producirse? 

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta, entre otras cosas, a nuestra capacidad intelectual, porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro que son más necesarias para tomar ciertas decisiones que sean adecuadas.

- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios? 

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas, como la serotonina y la endorfina, y mejora la sintonía de ritmos cerebrales que interactuan entre los dos hemisferios.

-¿Se puede cambiar la mente a través del cuerpo? 

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira, o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.  
-¿Dice que no hay que ser necesariamente razonable? 

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando. Y esto es una realidad.

-Exagera. 

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

-Más recursos…
(Relacionados de forma científica con la física cuántica). 

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones, cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras? 

-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica.  Sin embargo ahora sabemos que es literal:
“Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.

-¿Seguro que no exagera?
(Pregunta que surge desde el punto de vista neófito). 

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado.
No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
(Existe protocolo científico). 

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos del cerebro. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%. 


-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas? 

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
(Si sabemos esto, podremos evitar actitudes absolutistas).

-Entonces….. ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar? 

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente. 

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sinó sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

-Deme alguna pista.
(Sobre el entrenamiento de la conciencia). 

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.
(La importancia sobre la visión de la realidad). 

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.



* Fuente “Boletín Conciencia Azul” y www.marioalonsopuig.com.


                                                                       

* Para más información sobre BIOLOGÍA CUÁNTICA y el efecto de las frecuencias de onda que emite el pensamiento sobre la salud, consulte el apéndice del libro “Las Bases Biológicas de la Salud” del prof. Dr. Trino Soriano. www.onairos.es.



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