Creo que empecé demasiado pronto a reflexionar sobre la vida en vez de vivirla, y comencé demasiado tarde a tener plena conciencia de que la vida en sí misma es una acción, por lo tanto no había más que reflexionar…...

El año del conejo

31 de enero de 2012

2012 AÑO DE "LA CONVERSION"....Y PARA LA CONVERSION: CONTEMPLACION


Dr. Padilla: El título del encuentro que tuvimos en Laponia era contemplación. Entramos en un tiempo de ver, oler, tactar, saborear, escuchar con los sentidos lo que ocurre, sin intervenir para modificarlo. Sobre todo, a través de una posición meditativa no intervencionista. Creo que es un recurso para que surjan ideas, para que surjan oportunidades, creatividades, propuestas, sugerencias…

El papel intervencionista del hombre en el siglo XX y XXI, llena su taza de té y la rebosa continuamente -recordando esa pequeña historia de un monje zen-, y entonces no hay suficiente vacío para ver en dónde tiene que estar nuestra posición, en dónde tiene que estar nuestro lugar.
Es así como creemos que la actividad humana, hoy, está cargada de crisis fundamentalmente económica, queriendo reducir al hombre a un simple producto de consumo, de usar y tirar, cuando en realidad somos un producto estelar. Eso lo podemos er y sentir cuando contemplamos. Si estamos continuamente interviniendo, continuamente defendiendo, atacando, difícilmente podremos crear otras condiciones que no sean esas.
Y no es que no haya que hacer. El wu wei preconizado por los taoístas procede de una posición contemplativa, y a partir de esa contemplación es cuando surge la idea en el contemplador. Ésta no surge por interés personal o por logro, sino por estar situado en la mejor posición para ser un servidor. Así como servidores son nuestra flora, fauna, clima, todos confabuladamente se convierten en servidores para hacer posible el milagro de la vida. Creo que ahí reside el espacio: contemplador, que es muy urgente… porque estamos llegando a un nivel de intervencionismo y de llenura que se repite la misma historia una y otra vez. Así no se avanza, las raíces del árbol se hacen pétreas, duras, y se descomponen y se deterioran.
En salud tiene especial trascendencia porque el intervencionismo terapéutico en todos los órdenes es cada vez mayor. Cada día se inventa una nueva píldora o una nueva infusión o una nueva planta para intervenir. Todavía tenemos en el recuerdote los médicos de cabecera, que llegaba inspeccionaban y mandaba reposo, muy sabio, por cierto. Una prescripción que ya se ha perdido; cuando uno está mal y se siente con la salud quebrantada, hay dos cosas que son fundamentales para empezar a situarse: el reposo y el ayuno. Quédate tranquilo y no comas, bebe líquidos para estar hidratado y vamos a esperar a ver qué dice tu cuerpo. Contemplamos a ver qué recursos tenemos. Y creo que la misma ciencia nos ha demostrado que el potencial de recursos que tiene la especie humana es ilimitado. Pero, si a la primera fiebre de un niño lo llenamos de antipiréticos porque suponemos que hay una infección…¿por qué no le ponemos unos pañitos de agua fresca? Intervenimos poco, lo mínimo posible, y quizás a los pocos días –quizás un poquito más de tiempo que si interviniéramos- veamos que el niño ha crecido. Era simplemente una actividad de las zonas distales de los huesos que se ponen calientes con el crecimiento. Igualmente en el adulto cuando presenta un dolor de cabeza, una lumbalgia que lleva dos o tres días, inmediatamente se le lleva a que se le haga una resonancia… En mis tiempos de médico occidental, cuando llegaba una lumbalgia aguda, le mandábamos 20 días de reposo boca arriba en la cama, nada más. Caldito caliente y que escuchara la radio. A los 20 días lo íbamos levantando poco a poco y ya. Esa simple medida de reposo restituía gran parte de esas lumbalgias que terminan en el quirófano y luego en la terapia del dolor.
No olvidemos el reposo como un mecanismo contemplador y darle la oportunidad al organismo a que diga… que acopie las mejores formas para dar una respuesta. un caso agudo es un caso agudo, pero estamos planteando un mecanismo sanador coherente con la forma de pensar y de sentir espiritual. Esperamos a ver… y probablemente veamos –si tenemos la paciencia de esperar- que las cosas se resuelven. Es lo que pasan con los algunos terapeutas de acupuntura que si en una semana no se resuelve, le cambian el tratamiento. Espera, espera…Cuando das una terapia de ATB hay que esperar siete u ocho días para que el efecto se produzca.
A veces queremos bueno, bonito y barato.
Que te has levantado con tortícolis… en seguida aparece alguien a tocarte el cuello y finalmente te quedas más torcido… Como mucho tómate una aspirina que es una analgésico… y mañana tómate otra, y justo a los cuatro días… “Se me ha pasado”.
Te has descontracturado poco a poco, el organismo ha buscado sus mañas. Hoy en día dejamos muy poco que el organismo que responda, se defienda, enseguida introducimos el chute para obtener rápidamente un estatus que necesitamos para producir, ara rentabilizar, para ganar…
Nosotros que hacemos una MEDICINA CONTEMPLATIVA –debería serlo-, en vez de poner quince agujas al paciente, pónganle tres. Pero para esto hay que pensar, hay que elucubrar y decirle al paciente: hemos hecho una abstracción para intervenir lo menos posible en su sistema energético, pero lo más preciso posible, para que la respuesta sea la más óptima posible pensando a largo plazo.
Una puntura convincente puede aliviar o quitar un dolor pero vuelve porque no hemos ido al origen del dolor. No podemos olvidar la causa del dolor.
Tenemos multitud de ocasiones para ejercer una medicina contemplativa que es esa medicina preventiva, que busca comer lo que corresponde en cada estación, que busca dormir lo justo y lo necesario, que busca una sexualidad complaciente y amorosa. Una vida contemplativa que implica el hacer las cosas bien, impecables. El hablar con sinceridad, todo eso es preventivo y no tenemos que intervenir. Ese estilo de vida que debe ser de otra calidad nos va a permitir crear expectativas nuevas. Y que la conciencia sanadora de cada ser se despierte y que cada uno sepa lo que debe hacer en cada momento, sin necesidad del médico terapeuta. Es una gran liberación. El terapeuta queda para casos en que se ha agotado la inventiva propia y la experiencia del galeno sirve para actuar en esto o aquello.
No olvidemos que según la OMS el porcentaje de iatrogenesis médica es muy grande, ronda el 23%.


Dr. JLPadilla ESCUELA NEIJING

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