Creo que empecé demasiado pronto a reflexionar sobre la vida en vez de vivirla, y comencé demasiado tarde a tener plena conciencia de que la vida en sí misma es una acción, por lo tanto no había más que reflexionar…...

El año del conejo

23 de diciembre de 2011

Discurso del Primer Ministro del Tíbet, Sr. Samdhong Rinpoche


Distinguidas personas de la mesa directiva, hermanas y hermanos del auditorio. Por nuestra parte, les trasladamos los saludos de su Santidad el Dalai Lama, quien fue invitado a participar en este Congreso pero que, debido a razones de fuerza mayor, no ha podido venir. Él lo lamenta y les envía a todos ustedes sus saludos y sus deseos de que el Congreso sea un éxito.
Después de esto, les saludo humildemente a todos ustedes, y me siento grandemente honrado de estar con ustedes y de poder compartir unas palabras sobre la riqueza cultural y espiritual del Tíbet.
Ha sido una gran oportunidad para nosotros compartir la gran herencia cultural de la India, la cual fue preservada y llevada a la “tierra de las nieves”, como se le llama al Tíbet, hace 1.300 años, y que hoy en día ha sido llevada al borde de su extinción sobre la superficie de la Tierra.
Tíbet, el altiplano del mundo, está situado entre China e India, las dos naciones más pobladas del Asia, y también limita con Rusia, Mongolia y otros países. De acuerdo a recientes hallazgos arqueológicos, se sabe que la meseta del Tíbet ha estado habitada desde hace por lo menos 30.000 años, pero lo que ha quedado recogido en la historia sobre esta civilización es bastante corto.
El primer rey del Tíbet fue Nyakhri Tsampo, que fue descendiente de un príncipe de Bengala y llego al Tíbet alrededor del año 242 antes de Cristo, y ahí se considera que comenzó el Reino del Tíbet. Pero fue en el siglo séptimo después de Cristo que el Tíbet llegó a tener un lenguaje escrito y una herencia cultural y espiritual. Durante ese tiempo, los tibetanos desarrollaron una escritura que es una forma abreviada de la escritura sánscrita, con 30 consonantes y 4 vocales, pero que es capaz de traducir todo el canon literario sánscrito de la India, siendo un leguaje muy parecido al sánscrito, de modo que todo lo que se expresa en sánscrito se puede expresar también en lenguaje tibetano.

Desde el siglo 7 hasta el siglo 11 se tradujeron numerosos tratados indios tales como todo el Canon budista, las enseñanzas del Buda y los comentarios a estas enseñanzas por varios eruditos indios, así como literatura secular, astronomía ayurvédica y otros temas que sobrevivieron a su desaparición en la India. Todo ello fue traducido al lenguaje tibetano, incluyendo todas las tradiciones, unidas a muchos comentarios tibetanos. Así Tíbet llegó a ser la “tierra receptora” de la tradición india, particularmente de Nalanda, Vikramashila, Takshashila y Uddandapuri, y de muchas otras fuentes de conocimiento de la India. De acuerdo con la tradición budista, todo el sistema de conocimiento se puede clasificar en cinco temas que son: la ciencia del lenguaje y la literatura, que en sánscrito llamamos “Shabdavidya”, la ciencia de la lógica y el razonamiento, que en sánscrito llamamos “Hituvidya”, la ciencia de la sanación y la medicina, llamado en sánscrito “Chikitsavidya”, el arte, la escultura y la arquitectura, que en sánscrito llamamos “Shilpavidya”, y finalmente la ciencia de la espiritualidad, llamada “Adhyatmavidya”.
Estos cinco temas del conocimiento abarcaban todas las Artes y las Ciencias que fueron desarrolladas por los sabios y eruditos de la antigua India, y fueron traducidos y transmitidos a la tierra de las nieves, el Tíbet, donde han sido conservados hasta nuestros días.

La riqueza cultural espiritual.

Antes de hablar sobre esto, debemos definir lo que se entiende por “cultural” y lo que se entiende por “espiritual”, porque estas palabras se usan hoy de muy diferentes maneras, y si no comenzamos por definirlas, podemos caer en confusiones o en malas interpretaciones. La palabra “cultural” es una expresión nueva en el lenguaje inglés, y por estos tiempos tiene diferentes connotaciones. En el Oeste, la expresión “cultural” se usa tanto para el bien como para el mal. Por ejemplo, hablamos de “cultura de la violencia” o “destrucción cultural” o “cultura de la guerra”, etc. Pero de acuerdo al lenguaje tibetano y a los lenguajes de la India, cultura hace referencia al bien. Nosotros no hablamos de una “cultura de la violencia” o “cultura de la guerra” porque éstas son actividades incultas y expresiones incultas. La expresión sánscrita “Sanskritic” significa “bien educado”. En consecuencia, nosotros usamos la expresión “cultura” sólo para las cosas positivas y para el bien, la educación de la mente en la espiritualidad o en la pureza. Cuando se ha cultivado ese estado de la mente, a eso lo llamamos “cultural”. Acharya Narendra Deva, gran erudito de la India del siglo 20, ha definido la cultura como “la agricultura de la tierra de la mente”. Él dijo exactamente: “chittabhumi ki kheti hai” que significa “el cultivo de la mente solar lleva a la plenitud”, y eso es lo que se llama “cultura”. Y esas mentes alcanzan un estado mental que no está condicionado por las emociones negativas, y eso es lo que se llama “cultural”. Y desde ese estado de la mente cada uno crea su expresión, como la música, la danza, la literatura, la poesía, el arte, etc. Esto es llamado “cultura” porque son expresiones culturales. El estado de la mente que ha sido cultivada, da la creatividad en la belleza, en la melodía, en la búsqueda de la paz, y así sucesivamente. Todo esto pertenece a la cultura.

Y espiritualidad significa “ciencia interior”. En estos tiempos, la mente humana está tan condicionada para buscar sólo las cosas estándar, que es incapaz de la introspección o de tener un entendimiento de su propia naturaleza. Nuestros pensamientos siempre se dirigen a las cosas materiales y siempre están en el pasado o en el futuro, nunca están dentro, nunca se concentran dentro y nunca se concentran en el presente. Cuando pasamos por un proceso de llamadas morales, de concentración de la mente, entonces es cuando nuestra sabiduría interna despierta. Cuando nuestra sabiduría interna despierta desde dentro, uno es capaz de verse a sí mismo como es, sin distracciones, en el presente. Este estado de la mente es llamado Sabiduría, “Pragya” en sánscrito, y esa Sabiduría es espiritual. El espíritu de la bondad humana yace ahí, y el espíritu de la naturaleza del Buda también yace ahí. La semilla de la naturaleza del Buda se encuentra en todos los seres que existen. Sobre esta base podemos considerar que todos los seres somos iguales, y es por medio de la realización de tal semilla, de tal potencial, que la mente de todo ser puede desarrollarse, evolucionar en la naturaleza de su eminencia, en la naturaleza del conocimiento de todas las cosas, en la naturaleza de un despertar incondicionado; eso es lo que se llama “espiritualidad”. Verdaderamente el Tíbet tiene abundante tradición espiritual, particularmente en la tradición budista.
Como mencioné anteriormente, desde el siglo 7 hasta el 11, toda la nación del Tíbet estuvo completamente ocupada recibiendo las enseñanzas y las tradiciones budistas de la India, traduciendo el canon de estas enseñanzas y diseminándolo y practicándolo por toda la nación. La tradición espiritual pre-budista en el Tíbet fue llamada “Bhon” o “Bhonismo”, y esa tradición perduró en el Tíbet por algún tiempo pero sólo a través de la transmisión oral, ya que no dejó ninguna literatura escrita. En consecuencia, después de la introducción del Budismo en el Tíbet, todo el “Bhon” recibió la influencia de la literatura budista, y hoy en día, aunque sigue existiendo el linaje “Bhon”, es muy difícil distinguirlo del Budismo en lo concerniente a los aspectos filosóficos y espirituales. El Tíbet está situado muy lejos de las naciones densamente pobladas, y siempre fue autosuficiente en sus necesidades. Toda la nación formó una energía mental interna dual, para sostener sus tradiciones espirituales y su cultura. La cultura tibetana es básicamente una cultura budista india sin contaminar, no influenciada por la cultura neobudista o por otras expresiones culturales.

Una cultura budista pura permaneció en el Tíbet, y se ha expresado en numerosas formas de arte y literatura. Creo que el Tíbet es el más rico lugar en lo concerniente a tratados de espiritualidad y de literatura budista. El Tíbet ha tenido una corta historia cultural y espiritual, como dije anteriormente 1.300 años como mucho, y teniendo una población pequeña, en todo momento no superior a los 6 millones, sin embargo ha producido la mayor cantidad de literatura en el mundo, cosa que no han hecho países como China o India que tienen una gran cantidad de población y más de 5000 años de historia.
Aun así, si comparamos la cantidad de literatura producida por China, la India y el Tíbet, la cantidad de literatura tibetana no es menor que la cantidad de literatura actual en la India o China. Esto significa que el Tíbet tiene la más rica acumulación cultural heredada de la India. Por supuesto, también tenemos contribución del sur de China, pero la contribución China fue en el terreno del hogar, la cocina, el vestido, estilo de vida, y la agricultura del este y el sur. Aparte de eso, toda la herencia espiritual, la religión, la filosofía, el sistema de sanación, el sistema de astrología, el sistema de arte y escultura, todo esto fue heredado del Budismo de la India. Actualmente ustedes encontrarán muchos instrumentos de música espiritual como los que ustedes han visto esta mañana, el Chan-Chin y otros instrumentos musicales. Todos ellos han sido heredados del Takshashila, Nalanda, or Vikramashila, Uddandapura, etc., etc., de la India. Hoy en día ustedes no encontrarán esto en la India, pero ha sido completamente conservado en el Tíbet. La “escultura de manteca”, la formación de imágenes, la pintura Kangra, todo eso está basado en la literatura sánscrita que es llamada “Chitra rachana” que significa “ciencia de la pintura”, “ciencia del arte”. Todo esto se ha perdido en el sánscrito original de la India, pero su traducción al tibetano lo ha preservado en el Tíbet, y todas estas pinturas Kangra, escultura de manteca, escultura de imágenes, mandalas, madalas con arena de colores, desaparecieron completamente de la India pero todavía se conservan en el Tíbet sin ninguna destrucción, sin deterioros, exactamente de acuerdo a las especificaciones dadas en los tratados, en los textos-raíz; todo está disponible, toda la tradición, la transmisión oral y la demostración de este sueño actual; todo ha sido conservado en el Tíbet. Por lo tanto, el Tíbet tiene una muy rica herencia cultural y espiritual, lo que es muy relevante para el bienestar de la humanidad aun en el siglo 21.

Esto necesita ser preservado y protegido. La humanidad no se puede permitir perder esta civilización espiritual. Es la herencia de la India preservada en el Tíbet, y la unidad esencial de toda herencia espiritual es el amor y la compasión, y todo el Budismo está basado en el amor y la compasión y la no-violencia, y creo que hoy en día se necesita más que nunca de la mejor cultura espiritual, como los anteriores ponentes han mencionado acertadamente al hablar de los problemas actuales del hombre.
Bajo mi punto de vista hay enormes desafíos para el ser humano en este planeta Tierra. El incremento de la violencia en sus variadas formas: en forma de guerras, de terrorismo, de violencia estructural, de explotación, etc. Nadie está seguro en ningún sitio. Creo que éste es un gran reto para la humanidad entera. El terrible reto de la degradación del medio ambiente, el desequilibrio del ecosistema, el calentamiento global. Las necesidades básicas del ser humano: el aire para respirar y el agua para beber están completamente contaminadas. Es difícil encontrar aire limpio para respirar, es difícil encontrar agua limpia para beber. Así pues, la degradación ambiental es otro reto. Las diferencias económicas, el mal uso de los recursos y la actual recesión económica son también grandes desafíos. Finalmente, la fuente de salvación de todos los seres, que es la religión, y resulta que hoy hablamos de intolerancia religiosa y conflicto de civilizaciones. La fuente de felicidad se ha convertido en fuente de conflictos y violencia. Tendremos que afrontar todos estos desafíos, y para afrontarlos sólo hay una vía que es la herencia espiritual, la herencia de amor y compasión, la herencia de un sistema que deja vivir a los demás. En toda la humanidad, de acuerdo al punto de vista budista, hay tres maneras de vivir: la primera manera es vivir a costa de los demás. Hoy la gran mayoría de la humanidad vive de esta manera, a costa de los demás, explotando a los demás, haciendo mal uso de las relaciones con los demás; un gran número de personas vive de esta manera. Eso no es vivir, a cada momento es una muerte, pero la gente escoge esa manera de vivir. Otra manera de vivir es vivir y dejar que los otros vivan. Si todos hiciéramos así, creo que el mundo sería un lugar mejor para vivir. Y finalmente, el requisito para un sistema vivo, para una humanidad, que sería vivir para servir a los demás. El propósito de la vida no es dejar que los otros vivan, el propósito de la vida humana es servir a los demás, beneficiar a los demás, y eso sólo puede llegar si tenemos una mente compasiva, llena de amor. Ése es el requisito de los tiempos o ésa es la esencia del valor humano. Este Congreso sopesará los grandes valores humanos, y entre ellos la forma de vida budista: vivir para servir a los demás contribuirá grandemente al futuro de la humanidad. Estoy una vez más agradecido a todos ustedes por darme la oportunidad de estar con ustedes y tener su atención para con mis pensamientos.
¡Muchas gracias!

La humanidad no se puede permitir perder esta civilización espiritual. Es la herencia de la India preservada en el Tíbet, y la unidad esencial de toda herencia espiritual es el amor y la compasión, y todo el Budismo está basado en el amor, la compasión y la no-violencia, y creo que hoy en día se necesita más que nunca de la mejor cultura espiritual como los anteriores ponentes han mencionado acertadamente al hablar de los problemas actuales del hombre.

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