Creo que empecé demasiado pronto a reflexionar sobre la vida en vez de vivirla, y comencé demasiado tarde a tener plena conciencia de que la vida en sí misma es una acción, por lo tanto no había más que reflexionar…...

El año del conejo

9 de julio de 2011

VENTAJAS DEL PESCADO CONGELADO

Pescado congelado, natural y nutritivo

Año nuevo, vida nueva




Su conservación se alarga gracias al frío, al mismo tiempo que mantiene todas las cualidades de la materia prima. El pescado congelado presenta innumerables beneficios para nuestra salud al ser un alimento natural que contiene proteínas y minerales. Carece de espinas y su presentación en filetes, rodajas y varitas, entre otras, hacen de él un alimento atractivo para toda la familia.
El origen de la congelación del pescado es tan antiguo como los inicios de la humanidad, en los que la nieve y el hielo, junto con el aire, el sol, la sal y el humo propiciaron la posibilidad de conservarlo a través del tiempo, deteniendo o retrasando su proceso de alteración. Precisamente, el objetivo principal de la congelación es el de obtener productos que puedan almacenarse durante varios meses y que, después de descongelados, apenas hayan cambiado sus condiciones organolépticas debido a este proceso.


En la actualidad, gracias al frío, se puede disponer de pescado de 6 meses de captura con calidad
Después de Portugal, España es el país europeo que más pescado consume por persona al año, con 44 kg. A nivel mundial, nuestro país ocupa el puesto 21 en cuanto a su consumo, aunque es el tercer importador mundial por detrás de Japón y Estados Unidos.
En la actualidad, el pescado congelado es un alimento que aporta proteínas de un alto valor nutritivo, vitaminas hidrosolubles y liposolubles y minerales esenciales. Según los expertos, su consumo frecuente garantiza al organismo humano un aporte adecuado de grasas insaturadas, muy beneficiosas para la salud.
De esta manera, si un pescado ha sido adecuadamente congelado y descongelado posee las mismas cualidades nutritivas que uno fresco, conservando prácticamente las mismas condiciones de sabor y textura. A continuación te presentamos algunas de las ventajas, tanto de la compra como de la ingesta, del pescado congelado:
  • Comodidad: está preparado para que pueda ser cocinado sin tener que limpiarlo. En este sentido, al carecer de espinas, es un alimento muy atractivo para ser introducido en la dieta de los más pequeños de la casa.
  • Seguridad e higiene: en general, los alimentos congelados están en un estado en el que su degradación biológica es más lenta. Por otro lado, están protegidos contra determinadas bacterias.
  • Presentación: otra de las ventajas es que se puede presentar con formas diferentes –filetes, ruedas, lomos, troncos, colas, varitas, etc– lo que permite cocinar platos muy diferentes, propiciando una alimentación variada.
  • Valores nutritivos: la congelación mantiene el valor de nutrientes del pescado. De este modo se conserva tanto el valor biológico de sus proteínas, como la cantidad de ácidos grasos insaturados, entre ellos el omega-3 –más abundante en pescados azules–, las vitaminas y los minerales.
  • Conservación: puede conservarse durante meses y utilizarse cuando se necesite. Se puede adquirir casi cualquier tipo de pescado congelado: merluza, rape, bacalao, lenguado, mero, congrio, bacalao... Se conservan perfectamente en el congelador y además podemos disponer de ellos en cualquier momento, lo que nos permite mantener una dieta equilibrada y variada al poder tomar todo el año alimentos que no son de temporada.
Al ir a la compra
A la hora comprar pescado congelado es necesario tener en cuenta una serie de factores, tanto internos como externos, que nos ayudan a determinar que el producto que queremos es de calidad. Los primeros tienen que ver con la salubridad del producto y su valor nutricional, mientras que en los externos hay que tener en cuenta los aspectos relativos al envase, como que no presente roturas ni demasiada escarcha. Además, es necesario comprobar las fechas de preparación, la fecha de caducidad, la cantidad de producto neto que contiene el envase y su contenido escurrido. En cuanto al etiquetado, es único para todos los países de la Unión Europea. Debe informar de la denominación comercial y científica de la especie, la zona de captura o cría, método de producción, forma de presentación (filete, rodajas, entero...) y la fecha de duración mínima
Frescura
Es una de las condiciones imprescindibles para que el pescado ofrezca las mejores condiciones, similares al momento en que fue extraído del agua. Para ello debe cumplir una serie de características, entre las que destaca el olor. Éste debe recordar al mar y a las algas marinas y, debe estar exento de cualquier aroma raro –amoniaco–. En la actualidad, gracias al frío, se puede disponer de pescado blanco de 6 meses de captura con perfecta calidad, siempre que se congele rápida y adecuadamente en origen y que se almacene debidamente, y de pescado azul o graso de 3 meses.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el color, que debe ser blanco nítido, brillante, vivo, de reflejos nacarados o neutros, con irisaciones azuladas en la parte inferior del pescado, y con la piel de pigmentación viva y bien adherida a la carne. Por otro lado, el sabor del pescado, para que sea fresco debe ser homogéneo, no muy fuerte ni salado, con la carne jugosa, elástica, pero firme, sin demasiada pastosidad o zonas secas. El pescado congelado, a veces, puede presentar un indeseado sabor salado.


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