Creo que empecé demasiado pronto a reflexionar sobre la vida en vez de vivirla, y comencé demasiado tarde a tener plena conciencia de que la vida en sí misma es una acción, por lo tanto no había más que reflexionar…...

El año del conejo

29 de abril de 2013

Pausa Mindfulness







Por un aprendizaje orgánico

“Yo que crecí dentro de un árbol
tendría mucho que decir,
pero aprendí tanto silencio
que tengo mucho que callar
y eso se conoce creciendo
sin otro goce que crecer,
sin más pasión que la substancia,
sin más acción que la inocencia,
y por dentro el tiempo dorado
hasta que la altura lo llama
para convertirlo en naranja”.

- Pablo Neruda. 

Reflexión

Nuestra vida es un proceso de constante transformación y crecimiento. Desde que nacemos, comenzamos a vivir una experiencia de continuo aprendizaje que toca tanto los niveles más concretos y conscientes, como los más sutiles e inconscientes. No es posible estar sin aprender. No es posible estar sin transformarnos. Los aprendizajes que tenemos nos cambian, independientemente de la cualidad que tengan, influyendo e informando la manera en que percibimos, concebimos y nos relacionamos con nosotros mismos y con la realidad que nos rodea.


Desde niños nos enseñaron que el aprendizaje consistía en un desarrollo de nuestra capacidad intelectual, en un refinamiento de nuestra mente abstracta, y en una especie de depósito sistemático de conocimiento que en forma de palabra, instrucción, letra y argumento se iba integrando a nuestro sistema con el objetivo de ser memorizado y repetido. Rara vez nos mostraron que el aprendizaje también tenía que ver con el cuerpo, con lo que veíamos, olíamos, tocábamos y percibíamos en niveles más invisibles que la forma, y muchas veces recibimos sermones, charlas, clases e instrucciones cuyo contenido distaba de lo que la persona que nos enseñaba en niveles más amplios nos transmitía. Nos repitieron hasta el cansancio que pusiéramos atención, sin enseñarnos cómo se hacía (más allá de cerrar la boca), y por lo tanto aprendimos que el poner atención tiene que ver más con una apariencia que con una real experiencia. Entender el aprendizaje como una apariencia o un fenómeno más superficial nos ha llevado a sostener instituciones educativas de mala calidad, que no garantizan un aprendizaje profundo y verdadero en las personas que ahí estudian, y también nos ha llevado a una mercantilización absurda del conocimiento, en donde un curso de fin de semana nos otorga el derecho de ser expertos en algo.

Pero ¿qué es aprender realmente? ¿Qué significa en términos de la experiencia? ¿Cómo se presenta y se despliega el aprendizaje en cada uno de nosotros? ¿Es posible estar conscientes y plenamente atentos de la forma en que realmente aprendemos?

El aprendizaje es un proceso más bien silencioso y subterráneo, que se desenvuelve en cada persona de manera única y particular. El aprendizaje no es solamente “haber pasado la materia” o escuchar y memorizar algo. El aprendizaje es el acto de recibir lo nuevo con todos los sentidos, y permitir que vaya siendo absorbido por todos los poros al ritmo orgánico en que las impresiones se van incorporando al sistema. El aprendizaje es un proceso que requiere de silencio más que de ruido, de un silencio que posibilite la internalización de lo que vamos aprendiendo. El aprendizaje es un proceso natural que requiere de espacio, que necesita de un camino despejado y libre de obstáculos para que suceda. Para aprender verdaderamente, es necesario primero tomar conciencia de que todas las interacciones y experiencias que tenemos son instancias de aprendizaje, y luego desarrollar la capacidad de estar plenamente presentes y sintonizados con lo que nos están enseñando.


La atención es esencial para que haya aprendizaje. Si no estamos atentos, el aprendizaje no sucede; la vida y sus circunstancias transcurren frente a nuestros ojos, y podrían pasar días, años y vidas completas antes de que ese aprendizaje sea por nosotros internalizado. Cuando volcamos nuestros ojos y nuestra atención a los aprendizajes que en cada momento estamos viviendo, y a los distintos niveles en que ocurren, lo que hacemos es facilitar el camino, abrir el paso y hacernos disponibles para que las revelaciones, los descubrimientos, las intuiciones profundas, y las enseñanzas simples y complejas de la vida puedan transformarnos en lo profundo, y no queden solamente reducidas a una construcción intelectual que recordamos por un tiempo pero que luego se nos olvida. Cuando llevamos nuestra atención al ritmo, al flujo y a la forma en que esos aprendizajes se desenvuelven, nos hacemos compañeros, testigos y cuidadores de nuestro propio proceso.   

Práctica

La práctica de meditación o atención plena es un muy buen ejemplo de un camino de aprendizaje verdadero y experiencial, más que puramente intelectual. Cuando practicamos la atención plena permitimos que gradualmente el conocimiento, la experiencia, la novedad y el proceso de aprendizaje sucedan de manera más íntegra y nos transformen profundamente. 


Durante esta semana, la invitación es a recordar el hecho de que estás aprendiendo en todo momento, y tomar conciencia de ello. No importa la edad que tengas, nunca es tarde para acompañar conscientemente tus procesos de aprendizaje, y también para generar nuevas instancias de aprendizaje. El mundo está lleno de pequeñas cosas por aprender, y tal vez hace mucho tiempo que no te abres a la posibilidad consciente de aprender algo nuevo. Date la oportunidad de explorar y aprender algo que antes no sabías hacer; tal vez puedes leer sobre un tema que te sea lejano o desconocido, o aprender a plantar un árbol, o aprender algo de alguien que sepas que te pueda enseñar.

También te invitamos a estar plenamente presente con tu propio proceso de aprendizaje, ya sea un aprendizaje técnico, académico, psicológico, espiritual, emocional o relacional, llevando tu atención a las maneras y ciclos en los que ese aprendizaje sucede. ¿Cuál es tu manera particular de aprender? ¿Cuál es tu ritmo? ¿Cuáles son las condiciones que facilitan el aprendizaje en cada momento? ¿Qué puedes hacer para ayudar a crear esas condiciones?

Recuerda que la vida es una especie de maestro, y que aprendemos no sólo de las cosas externas, sino también de nuestra experiencia interna. El aprendizaje sucede estés consciente o inconsciente de él, y al llevar tu plena atención al proceso, estarás más consciente de las maneras en que tu percepción se va transformando y creando, y por lo tanto tendrás más control y sabiduría sobre las formas en que te relacionas contigo mismo/a y con el mundo.  

¡Que tengas buena práctica!  

http://www.redmindfulness.org/649640

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