Hay estudios que concluyen que hay una relación entre el temperamento y la longevidad. Quienes expresan más emociones positivas en sus biografías, viven significativamente más -en algunos casos, diez años- que aquellas que expresan menos emociones positivas.
En Estados Unidos, un estudio de la Clínica Mayo, efectuado con un millar de personas, determinó que la gente positiva y optimista vive más tiempo que la de personalidad negativa, y un trabajo de la Universidad Carnegie Mellon concluyó que las emociones positivas hacen que la gente sea más resistente a la gripe, probablemente debido a su influencia en el sistema inmunológico.
Estas son algunas buenas razones para mantener a raya a la gente tendiente a la negatividad, que se comportan como auténticos virus que “infectan” el estado de ánimo, y que no sólo pueden acortar su vida -como sugieren las investigaciones anteriores y muchas otras- sino también ¡amargarla!
¿Ante determinadas personas, se pone de mal humor, se siente ignorado, poco atractivo o disminuido, comprueba que aumenta su tensión y la expresión de su cara se endurece? ¿Conoce a alguien que sea muy crítico con usted de forma destructiva, que le consumen la energía vital cuando se relaciona con ellos o que le desalientan en su búsqueda de logros y éxitos?
Son personas-virus, gente que conducen los comportamientos, ideas y sentimientos de quienes los tratan, en dirección al malestar y el desaliento. ¡Una vez que la ha identificado, el siguiente paso consiste en mantenerlas a raya!
Personas con signo negativo
Familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, vecinos, clientes, e incluso la propia pareja. Cualquiera que le aflige con su actitud hacia usted, que no le deja crecer, que no se muestra contento con su éxito y que pone barreras a sus esfuerzos para ser más feliz, puede considerarse una persona-virus, según la psicoterapeuta de relaciones Marichu Hidalgo.
“El descontento y los sentimientos de insuficiencia, así como los celos, la falta de amor propio o la envidia son el origen de muchos comportamientos negativos hacia uno, señala la experta, que recomienda una serie de técnicas básicas para que los ataques emocionales de la gente-virus no repercutan sobre su salud física ni psicológica:
• Pregunte, pregunte y pregunte.
Para que la gente negativa compruebe cuán absurdas son sus ideas, comentarios y actitudes, formule interrogantes sencillos que se conviertan en una progresión lógica que desbarate sus argumentos. A aquellos que odian a los chinos puede preguntárseles: ¿conoce mucha gente oriental?, ¿ha convivido con ella?, ¿alguien le odia por ser quien es? Sus respuestas evidenciarán lo ridículo de sus posturas.
• Detenga el pensamiento.
Existen momentos en los que una persona-virus parece colapsar nuestra mente, convirtiéndose en lo único en que podemos pensar, lo cual puede ser muy perjudicial. En ese caso, grite o diga mentalmente ¡Basta de pensar! y apoye esta expresión con frases positivas, como “soy importante”, “controlo mi vida” o “estoy alegre”.
• Conviértase en un espejo.
Se puede obligar a las personas-virus a ver reflejados sus comportamientos, con un sencillo truco. Si alguien no para de hablar impidiendo que los demás lo hagan, la respuesta puede ser ponerse a ladrar como un perro. Cuando esa persona se calle y pregunte “¿qué pasa?”, se le explicará que esa es la actitud que ella mantiene con los demás.
• Sea amable.
Convertir el enfado en cordialidad es una respuesta ideal frente a muchos que van de duros por la vida, que asumen ese papel debido a su propia inseguridad y la falta de amor propio. Al saber cuáles son las causas de su negatividad, puede controlarse el enojo y transformarse en amabilidad, con lo que se “amansa a la fiera”. Cuando se la domina, esta técnica puede dar frutos asombrosos.
• Despídase de la negatividad.
Pruebe a desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona-virus: sáquela de su vida, no se preocupe por ella, no le desee ni bien ni mal, visualice la desconexión con ella, déjela atrás.
Los Vampiros de energias, Versión en español por Eduardo e Irany Lecea
Todos nosotros los conocemos, sabemos como son, como se visten, como actúan y sus propósitos: succionar la sangre de sus víctimas, pues solo así sobreviven.
Esos son los vampiros de las películas, seres errantes de capa negra y grandes dientes, ávidos de sangre, que andan entre las sombras en busca de sus víctimas.
Pero existe un tipo de vampiro con el que convivimos diariamente -los vampiros de energía. Ellos pueden ser nuestro hermano, marido o esposa, empleado, amigo, vecino, gerente del banco, o sea, con cualquiera que interactuamos . Ellos roban energía vital, común en el Universo, pero que ellos no consiguen recibir.
Pero, a fin de cuentas, ¿Por qué éstas personas succionan nuestra energía?
Bien, en primer lugar la mayoría de los vampiros de energía actúa inconscientemente, succionando la energía sin saber lo que están haciendo. Eso sucede porque no consiguen absorver las energías de las fuentes naturales y quedan desiquilibradas energéticamente.
Cuando esas personas bloquean la recepción de éstas energías naturales (o vitales), necesitan encontrar otras fuentes cercanas, que no son otras que las personas a su alrededor. En verdad, casi todos nosotros, en un momento u otro de nuestra vida, cuando nos encontramos en un estado de desequilibrio, acabamos volviéndonos vampiros de la energía ajena.
¿Cómo identificar y combatir a esas personas?
1. Vampiro Quejumbroso: se queja siempre, de todo y a todos. Cuando nos encontramos con él, ya se está quejando de porqué no le telefoneamos o lo visitamos. Si tu aceptas la queja y te sientes culpable, abrirás las puertas. Lo mejor es usar tu propia arma, quejándote a tu vez y preguntando por qué él no llama o aparece. Déjalo confuso, sin tiempo para responder y retírate rápidamente.
2. Vampiro Crítico: critica de todo y a todos; lo peor es que solamente critica negativamente. Ve la vida solamente por el lado sombrío. La murmuración tiende a crear en la víctima un estado de Alma oscuro y pesado, que abrirá su sistema para que la energía sea succionada. Dile “no” a sus críticas y nunca estés de acuerdo con él. La vida no es tan negra así. Lo mejor es salir y cortar el contacto.
3. Vampiro Adulador: es el famoso “barbero”. Adula el ego de la víctima, cubriéndola de elogios falsos, intentando seducirle. Mucho cuidado para no prestar oídos al adulador, pues él espera que el orgullo de la víctima abra las puertas del Aura para succionar la energía.
4. Vampiro Reclamador: reclama de todo y de todos. Se opone a todo, exige, reinvindica, protesta sin parar. Lo más gracioso es que no siempre dispone de argumentos sólidos y válidos para justificar sus protestas. La mejor táctica es dejarlo hablando solo.
5. Vampiro Inquiridor: Su lengua es una ametralladora. Dispara preguntas sobre todo y no da tiempo para que la víctima responda. Verdaderamente él no quiere respuestas sino desestabilizar el equilibrio mental de la víctima, perturbando su flujo de pensamientos. Para salir de sus garras, no te preocupes por buscar respuestas. Responde haciéndole una pregunta bien personal, contundente y procura apartarte en cuanto te sea posible.
6. Vampiro Lamentoso: son los lamentadores profesionales, que desde hace años lloran sus desgracias. Para succionar la energía de la víctima, ataca por el lado emocional y afectivo. Llora, se lamenta y hace cualquier cosa para despertar pena. La víctima es siempre la desafortunada. Corta sus lamentaciones diciendo que no te agradan las quejas, pues no resuelven ninguna situación.
7. Vampiro Pegajoso: Embiste contra las puertas de la sensualidad y sexualidad de la víctima. Parece un pulpo queriendo envolver a la persona con sus tentáculos. Succiona la energía seduciendo o provocando náuseas y repulsión. En los dos casos estarás desestabilizado y vulnerable. Inventa una disculpa y huye rápidamente.
8. Vampiro Grillo Parlante: la puerta de entrada que él quiere derrumbar es tu oído. Puede hablar durante horas y, mientras mantiene la atención de la víctima ocupada, succiona su energía vital. Para librarte inventa una disculpa, levántate y vete.
9. Vampiro Hipocondríaco: cada día aparece con una enfermedad nueva. De esa forma llama la atención de los demás, despertando preocupación y cuidados. Mientras describe los pormenores de sus males y cuenta sus interminables sufrimientos, roba la energía del oyente, que después se siente pésimo.
10. Vampiro Conflictivo: para él el mundo es un campo de batalla donde las cosas solamente serán resueltas a golpes. Quiere que la víctima compre su pelea provocando en ella un estado de rabia, irritación y agresividad. Ese es uno de los métodos más eficientes para desestabilizar a la víctima y robarle la energía. No cedas campo a la agresividad, procura mantener la calma y corta lazos con éste Vampiro.
Bien, ahora que ya conoces como actúan los vampiros de energía, líbrate de ellos lo más rápido posible. Pero, no te olvides de verificar si tu, obviamente sin querer, no formas parte de ésta lista…
3 pasos para combatir a los “Vampiros Energéticos” y cuidar tu energía vital
Por: Tony Dillard –> PiensayCambia.com
¿Cuántas veces te encuentras con ciertas personas y te sientes completamente agotado, mientras que con otros, siempre te sientes lleno de energía?
Mucha gente cree que hay energías negativas de otros en su lugar de trabajo, y que dichas energías negativas provienen de familiares o de amigos o conocidos. Lo que si es cierto, es que todos, cuando menos una vez, hemos entrado en contacto con gente que simplemente nos chupa energía. A este tipo de personas se les conoce como “vampiros de energía”.
¿Qué sucede cuando tu energía te es robada, cómo se puede combatir esto? ¿Cómo se puede prevenir para que no te vuelva a suceder?
SÍNTOMA: Tu energía se agota y te sientes muy cansado ya sea en un nivel sutil que sólo tú percibes o bien a nivel mas dramático, notorio para los demás.
Cuando se trata de un robo de energía sutil, empiezas a sentirte cansado y somnoliento sin razón aparente, y es difícil que llegues a la conclusión de que te están robando energía. Pero hay ocasiones en que el robo es muy evidente tanto para ti como para los demás… por ejemplo, cuando te encuentras en una reunión de trabajo y alguien hace un comentario grosero o agresivo sobre ti.
La persona que te hizo la agresión. por lo general tiene grandes necesidades emocionales y hace que te encuentres frustrado, impaciente y molesto en un espacio muy corto de tiempo en su compañía.
Aunque a primera vista parece que la situación de robo de energía no es tan grave, porque “al rato se me pasa”, en realidad el impacto es más profundo en tu vida de lo que te das cuenta. Por ejemplo, comenzarás a pensar automáticamente en negativo sobre el entorno en el que debes de entrar cuando haces contacto con esta persona.
Por lo tanto, las reuniones familiares o de trabajo y otros eventos sociales, en lugar de provocarte relajación y diversión, se vuelven fuente de estrés, preocupación, y se transforman en un escenario desagradable que a toda costa tratas de evitar, con los consecuentes costos en tu vida social y laboral.
Entonces, ¿cómo recuperar el poder y el control sobre aquellos que toman tu energía ya sea conscientemente o a propósito? Estos tres pasos simples te ayudarán.
Combate a los “Vampiros Energéticos” y cuida tu energía: 3 pasos para recuperar el control
PRIMERO: Pregúntate por qué eliges estar con esta persona: ¿Qué es lo que él (o ellos) o te ofrece? A continuación, trabaja con la respuesta.
Si puedes elegir no hacerlo, y no quieres estar con ellos, entonces reduce al mínimo el contacto. Puedes tener un contacto mínimo si así lo deseas. En ocasiones esta persona es inevitable por motivos de trabajo, pero siempre debes de tener la opción de decidir qué tan a fondo relacionarte con ella. Si, en cambio, esta persona se encuentra dentro de tu familia o área de amistades, debes de dejarle claro los temas sobre lo que si te encuentras dispuesto a platicar con ella, y cuales otros no.
SEGUNDO. Utiliza el poder de la luz blanca. La luz blanca nos da la capacidad para pensar con claridad, hace que se desplacen los sentimientos o frecuencias negativas y sirve para establecer y crear nuevos sentimientos positivos con sus correspondientes frecuencias.
Procedimiento: Imagina que tienes una bolsa Ziploc (son las que se usan para conservar frescos los alimentos). Imagínese al vampiro de energía y la situación que le rodea en esta bolsa, y luego visualizar que la bolsa se llena de una luz de color blanco, luminosa y brillante. Lo que estamos haciendo aquí es expresar tu frustración como algo tangible que se puede contener dentro de un espacio aislado (la bolsa), para inmediatamente llenarla de un símbolo que representa lo positivo: la luz blanca. Ademas, eleva una oración pidiendo a Dios y al Universo que dicha luz blanca permanezca y te ayude tanto a ti como al vampiro energético.
TERCERO: Procede a eliminar la energía que no es tuya. Para entender este punto, conviene recordar que “la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma”. En realidad, el “robo de energía” no es tal, sino que es un “intercambio” de energía de bajo nivel vibratorio (la del vampiro) por energía de un nivel mas alto (la tuya). Claro que el efecto final es el equivalente a que te hayan robado energía.
Pues bien, en este intercambio de energía mala por buena, queda un remanente que contamina. Para liberarte de dicha energía residual que no es tuya y que te puede seguir intoxicando, sigue el siguiente procedimiento:
Imagina que estás en una lluvia de luz blanca de Orientación y que dejas que dicha lluvia te lave de toda energía negativa ajena a ti. Mientras lo haces, repite para ti mismo: “Por favor, pido que esta lluvia me lave de toda la energía que no es mía a través de esta hermosa lluvia de luz blanca y que sólo permanezca mi propia energía con fuerza y determinación”.
Te sentirás mejor, si no de inmediato, sí poco después.
UNA ESTACA DE REIKI...(JOHN CURTIN)
Si sientes que alguien te está "chupando" tu energía, ¡dale Reiki! En lugar de quitarte tu propia fuerza vital, estará recibiendo algo mucho mejor. Amor puro. Y no sólo eso, sino te estará beneficiando a ti a la vez, porque como sabemos, esa energía fluye a través de ti y algo se queda.
De hecho, muchos alumnos me han comentado que se encontraban en situaciones donde se sentían "vampirizados" y Reiki a empezado a fluir sin que lo pidieran, una prueba más en mi opinión de que es lo adecuado en estas circunstancias.
Para muchos, es chocante el concepto de dar amor a alguien que te está haciendo daño. Pero creo que es el verdadero significado de la frase de Jesucristo, "cuando alguien te hace daño, pon la otra mejilla."
Estamos acostumbrados a un "win - lose situation" que significa que en una situación de conflicto para que nosotros estemos bien, el otro tiene que fastidiarse. Pero con Reiki, puede ser un "win - win situation". Si alguien intenta quitarnos energía, le damos lo que busca y de paso nos beneficiamos. De hecho, le damos más de lo que hubiera recibido robándonos nuestra energía porque lógicamente Reiki ¡es una energía mucho más pura que la nuestra!
Vale la pena matizar el segundo resultado de dar a un Vampiro Energético lo que busca mediante el Reiki. Como sabemos, cuanto más Reiki damos, más pasa a través de nosotros y más nos beneficia. Por lo cuál, peor es el Vampiro ¡más beneficiados salimos!
Aspecto Práctico: Lógicamente, si estamos en una reunión de trabajo, o social y nos encontramos con un Vampiro, no suele ser conveniente decirle "tumbate aquí un ratito que te voy a dar Reiki." Pero si sentimos que nos están "chupando" nuestra energía, es suficiente con buscar un momento (sólo unos segundos son suficientes) para pedir al Universo que puedas darle a esa persona el amor que busca. Notarás que la energía empieza a fluir a través de ti, la de Reiki, ¡la que nos gusta!
Así que ya sabéis, la próxima vez que os toca un Vampiro Energético, dadle Reiki y todos saldréis ganando..
LADRONES DE ENERGÍA
No sólo de chupar la sangre ajena viven los modernos aprendices de Conde Drácula. Los vampiros actuales se dedican a extraer la energía vital de las víctimas.
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Se ha sentido exhausta después de pasar horas oyendo a un inoportuno parlanchín monologar, ¿diciendo tonterías respecto a sí mismo? ¿Y notó cómo el inoportuno, al encerrar el discurso está tan bien que parece haber llegado recién de unas maravillosas vacaciones en el Caribe? Pues bien, el inoportuno o inoportuna puede ser un "vampiro de energías". Quizás un vampiro inconsciente de su condición, mas siempre un vampiro. Y la energía que él acaba de chupar es su fuerza vital, aquella misma fuerza que la mantiene a usted viva, activa, fresca y alegre.
Obligar a las personas a oír blablablás interminables, en general poco o nada interesantes, es una de las formas más comunes de chupar la vitalidad de los demás. Y las víctimas, en general por buena educación, se quedan ahí, pasivas, dejándose violentar por los oídos.
Varias veces, en el pasado, caí en trampas de ese tipo. Hecho un idiota, me dejaba enredar por los tentáculos parlantes de esos vampiros, a revolver mi ser por dentro, a enviar mentalmente los peores insultos al inoportuno boquirroto, pero incapaz de poner un basta a la situación. Y cuando la tortura finalmente terminaba, me sentía tan vacío que solo pensaba en una cosa: arrastrarme hacia la cama.
Además, tentáculo es el término preciso para entender cómo esos vampiros trabajan. Un día, leyendo el libro "El Destino Creativo del Hombre", de la ya fallecida psiquiatra inglesa Shafika Karagulla, entendí el problema y encontré la solución. Shafika Karagulla era también estudiosa de parapsicología y, según alegaba, clarividente. Tenía la capacidad natural de "ver" los campos energéticos sutiles -el aura- producidos por los seres humanos y por todas las criaturas vivas. En uno de los capítulos, ella narra una situación terrible de la que fue testigo con el uso de su visión paranormal.
Ella estaba en una fiesta sentada en un sillón. En el sofá, al frente, había una pareja. El hombre, un tipo bien puesto, hablaba sin parar de sí mismo, exhibiéndose como un pavo real. La mujer se colocaba en la posición de receptora pasiva, mirando al sujeto con ojos lánguidos, totalmente entregada a su palabrería. De repente, tentáculos de energía luminosa salían de la región umbilical del hombre -de su plexo solar- y se lanzaban en dirección a la misma región de la mujer.
Se quedaba ahí, y Shafika Karagulla pudo percibir claramente lo que pasaba: por aquellos canales sutiles la energía de la mujer comenzó a ser drenada en dirección al interlocutor. Hasta que la pobre, al inicio dueña de un aura luminosa y brillante, quedó reducida a un trapo energético. Su aura se tornó débil y opaca, ojeras oscuras se habían formado en su rostro y su expresión ahora era la de una persona vieja y cansada. Mas el hombre parecía un sol radiante. Bien dispuesto y feliz de la vida, se despidió de la víctima, se levantó y fue a gastar con otros participantes de la fiesta toda la vitalidad que robó.
Claro, no se puede afirmar que la visión de Karagulla sea objetivamente verdadera. Mas subjetivamente no hay duda: ella observó un fenómeno real de vampirismo energético o, como prefieren algunos, "vampirismo psíquico". El resultado es el mismo. De un lado, un activo chupador de energía vital, y del otro una víctima pasiva.
De ese episodio ya podemos sacar una primera conclusión: vampiros no son solo aquellos literales, los dráculas que van por ahí, por las noches, en busca de cuellos tiernos donde clavar sus caninos puntiagudos para chupar sangre. Sin embargo, muchos autores afirman que ellos existieron de verdad, es más probable que la imagen clásica del vampiro bebedor de sangre simboliza y representa, en realidad, el vampiro de energía vital.
No, no hay duda. El asunto es serio. Hay inclusive especialistas en psicología y comportamiento humano que dicen que nuestra sociedad está constituida en buena parte por vampiros. Esa buena parte está hecha de gente incapaz de nutrirse en fuentes de energía natural y que por eso vive chupando la fuerza de vida de los demás.
Y ¿qué es nutrirse de fuentes de energía natural? Todo ser vivo, sea humano, animal o vegetal, no se alimenta solo de comida sólida y líquida, aquel pollito en salsa parda y las cervezas de cada día. Se nutre también de comida gaseosa, a través del aire que se respira y de la comida energética, representada por las energías y vibraciones que absorbemos y que son producidas por el telurismo del planeta Tierra; por la naturaleza -florestas, ríos, mares, animales, minerales-, por otros cuerpos celestes, como el sol y demás planetas, y por el propio cosmos.
Cada uno de nosotros somos un microcosmos químico-energético, un complejo sistema de energías interactuando constantemente con una miríada de otros sistemas. De forma permanente, cambiamos energías con esos sistemas externos, absorbiendo de ellos cargas energéticas necesarias para nuestra subsistencia y descargando en ellas cargas no necesarias tales como nuestros "detritos" energéticos. Al mismo tiempo, cada uno de nosotros interactúa con otros seres humanos que se nos aproximan, estableciendo con ellos las más variadas combinaciones de campos energéticos, influenciándolos y siendo influenciados por ellos.
Para eso sirve nuestro "cuerpo energético" o "cuerpo de energía sutil": para posibilitar todos esos enlaces de energías responsables por la manutención y desenvolvimiento de la vida. De modo análogo al cuerpo físico, hecho de materia densa, el cuerpo sutil posee también una anatomía y una fisiología. Posee órganos -los chacras- para captar y almacenar energías externas y eliminar energías internas adulteradas y para procesar esas energías, de la misma forma que el aparato digestivo absorbe, procesa y almacena el alimento sólido y líquido y el aparato respiratorio capta, procesa y almacena el alimento gaseoso.
El proceso de nutrición energética ocurre por lo general de modo inconsciente, automático, orientado y regulado por la inteligencia instintiva de nuestro cuerpo. Mas ese proceso puede también ser incrementado de modo consciente y voluntario. Para eso existen muchos métodos desarrollados a lo largo de los tiempos por las diferentes culturas y civilizaciones. Ejemplos de métodos voluntarios de nutrición energética son ciertos yogas, como el hatha yoga indiana, ciertas artes marciales como el tai chi chuan, ciertas técnicas de respiración como las del pranaiama.
Personas equilibradas, sanas -tanto en el aspecto físico cuanto, principalmente, en el psíquico- se nutren directamente de las fuentes naturales de energía. De la energía de los árboles, del aire, de las aguas dulces y saladas, del sol, etc. Mas, personas desequilibradas que, por haber perdido el contacto con su propia naturaleza interna más profunda perdieron también la capacidad de absorber y procesar el alimento energético natural, muchas veces necesitan, para sobrevivir, echar mano de un expediente horrible: chupar la energía vital de otras personas. Son ellos los "vampiros de energía". En nuestra sociedad moderna su número ha aumentado de modo alarmante debido a varios factores, entre ellos la pérdida de contacto directo con el mundo natural.
Los vampiros energéticos son de dos tipos principalmente: los conscientes y los inconscientes. Los primeros son más raros. Precisamente por ser conscientes, saben de las consecuencias nefastas que la práctica del vampirismo energético acarrea para el propio vampiro. Saben que esa práctica significará para ellos una angustiante situación de dependencia en la cual no podrán vivir distantes en la cual no podrán vivir distantes de sus víctimas.
Y muchos de ellos conocen una ley de magia, la "ley del retorno", por la cual todo aquel que roba, tarde o temprano, será robado. Mas los segundos, los vampiros inconscientes de su condición, son numerosos. En verdad, casi todos nosotros, en un momento u otro de nuestras vidas, sobre todo cuando nos encontramos en un estado de desequilibrio neurótico, acabamos comportándonos como vampiros de la energía vital ajena.
La principal característica de un vampiro es el egocentrismo. Cuanto más la persona está volcada hacia sí misma, concentrada en sí misma, más tendrá dificultad en establecer contacto con fuentes naturales de nutrición energética, y más tenderá a chupar la energía vital de las personas que le están próximas.
Todos nosotros, por otro lado, somos naturalmente dotados de mecanismos de defensa contra la pérdida de energía vital. De todos esos mecanismos, el más poderoso y eficaz es el de la manutención del equilibrio interno. Cuando nuestro punto de gravedad interior está en el lugar preciso -en el centro de nuestro ser biológico-psicológico-energético-mental-, eso crea un estado de armonía en el cuerpo sutil capaz de impedir, incluso rechazar cualquier tentativa de invasión externa con finalidad predatoria. Mas, cuando perdemos la posición de nuestro centro de gravedad, cuando lo proyectamos fuera de nosotros mismos, eso altera y debilita la estructura del cuerpo sutil, tornándolo permeable a aquella invasión. "Fulano está fuera de sí", dice la voz popular, que significa que el sujeto está loco. Además de loco, se torna presa fácil de vampiros de energía vital.
Los vampiros son sagaces y saben de eso. De modo consciente, o instruidos por su instinto rapaz, saben que para chupar a alguien deben, antes, desestabilizar las defensas de la víctima. Deben "sacar a la víctima de su eje". Echan mano, para eso, de estratagemas, todas ellas con el objetivo de hacer que la víctima pierda contacto con su centro interno y, de esa forma, abrir por completo las puertas de entrada de su cuerpo sutil a la saña del depredador.
¿Cuáles son las técnicas de los vampiros para hacerle salir de su eje? Muchísimas. Además de aquella descrita del Vampiro Grillo Parlante, las más comunes son:
Vampiro Lamentador: Ataca por el lado emocional y afectivo. Hace todo para despertar compasión. Su vida es un mar de lágrimas, gemidos y llantos. Lleno de aflicciones, se coloca siempre en posición de víctima sufridora para quien el mundo es un verdugo.
Defensa: Dígale que usted detesta los lamentos porque quejarse nunca resuelve ningún problema. Si él insiste, dígale que usted conoce un libro donde el autor conoce varios métodos sobre eutanasia. No dé tregua.
Vampiro Inquisidor: Dispara una pregunta tras otra. Si usted intenta responder, él corta su respuesta, haciendo otra pregunta, tal vez sobre otro asunto completamente diferente. Ese vampiro no tiene ningún interés en respuestas. Quiere apenas desestabilizar el equilibrio mental de su víctima, perturbando el flujo normal de los pensamientos de ella.
Defensa: Córtele las envestidas reaccionando con preguntas, de preferencia idiotas, absurdas o contundentes. Por ejemplo: ¿usted ya tuvo relaciones sexuales con una persona del mismo sexo?
Vampiro Exigente: Cada palabra o gesto de este vampiro contiene un reclamo implícito o explícito. Se opone a todo, exige, reivindica, protesta sin parar. Mas, como sus reclamos tienen poco o ningún fundamento, él raramente dispone de argumentos sólidos para defender y justificar sus protestas.
Defensa: Mándelo a parar de colmar la paciencia.
Vampiro Cobrador: Cobra siempre, principalmente aquel que no le es adeudado. Se presenta como creador del mundo; cree tener derecho a todo, sin tener que dar nada a cambio. Al cruzarse con usted en la calle, un vampiro de estos no le va a decir: "!Hola! Qué bueno verte! ¿Cómo estás? ¿Todo bien?". El va de inmediato a cobrarle alguna cosa como: "¿Te olvidaste que yo existo? Hace meses espero una llamada tuya".
Defensa: No se ponga la capucha de culpable de desatención personal que el vampiro le quiere meter en la cabeza. No flaquee. Cobre de regreso. Responda rápido: "había decidido no llamarte nunca más hasta que me llames para saber si estoy viva".
Vampiro Crítico: Su lema es: maldecir siempre, elogiar sinceramente nunca. Critica negativamente a todo y a todos. Transmite para la víctima una visión fea y negativa de las cosas, de las personas y del mundo. La crítica impiadosa y negativa crea en el oyente un estado de ánimo oscuro y pesado y ése es otro modo fácil de abrir una yugular energética y banquetearse con los fluidos de la víctima.
Defensa: Dígale al vampiro sin miedo de parecer ridícula: Pobrecito, qué infeliz es! Vea que día (o noche) tan lindo. El sol (la luna, las estrellas) brilla en el cielo y usted tan negativo. ¡Cambie!
Vampiro Adulador: Suaviza el ego de la víctima, cubriéndola de falsos elogios. ¿Se acuerda de El Cuervo y la Zorro", la fábula de La Fontaine? El cuervo en lo alto del árbol carga en el pico un bello pedazo de queso. La raposa astuta le dice al cuervo que su voz es magnífica y le pide que cante. Lisonjeado, el cuervo abre el pico, emite un triste graznido y... deja caer el queso. La raposa mastica la golosina y sermonea al vanidoso cuervo: "Aprenda que todo adulador vive a costa de quien lo escucha". Cuidado con los aduladores. Dentro de cada uno de ellos es un vampiro a la espera.
Defensa: No caiga en la conversación del adulador. Si él insiste, cuéntele la fábula de La Fontaine.
Vampiro Chismoso: El chisme es una de las armas más perversas de los vampiros de energía. El se acerca, con aire malvado y cuenta secretos íntimos de los ausentes. Habla con quien le da un presente. Mas en verdad lo que hace es plantar en su alma las cimientes de la maldad, de la traición y de la calumnia, demonios peligrosos para su estabilidad energética.
Defensa: No se divierta con las falsas prendas del chismoso. Mándelo a cantar en otra fiesta.
Vampiro Pegajoso: La puerta de entrada que él busca derrumbar es la de su sensualidad y su sexualidad. Se aproxima a usted como si quisiera lamerla con los ojos, con las manos, con la voz. Huya rápido de esa situación. Este vampiro es muy peligroso. El chupará sus energías, sea consiguiendo seducirla con su juego peligroso o provocando en usted repulsión y náusea. En ambos casos usted estará desestabilizada y él alcanzará su éxito.
Defensa: Dígale que usted es una persona neurótica y detesta ser tocada. Si él insiste dígale algo capaz de cortar cualquier intención indeseada: "Necesito ir urgentemente al baño".
Vampiro Hipocondríaco: Cada día aparece con una dolencia nueva. Dice que es víctima constante de un dolor que anda por el cuerpo y que cada hora está en un lugar diferente. Es su modo de llamar la atención de los demás, despertando en ellos preocupación y cuidados. Se deleita describiendo hasta los mínimos detalles de los síntomas de sus males y todo su penar. Cuando termina el relato está muy bien. Y quien le prestó oídos está pésimo.
Defensa: Déle el teléfono de un buen homeópata. Esos médicos tienen una paciencia de Job para tratar a hipocondríacos.
Vampiro Conflictivo: Para él el mundo es un campo de batalla en donde las cosas solo pueden ser resueltas en base al golpe seco. Polemiza sobre cualquier cosa, pero no quiere, contrario a lo que pueda parecer, minar las defensas de la víctima con la rabia, la ira y la agresividad. Provoca para obtener una reacción para que la víctima compre la pelea. Con eso la desestabiliza y puede chupar a voluntad.
Defensa: Este vampiro tiene, sobretodo, una personalidad infantil. Ofrézcale una tetera o cuéntele un chiste de papagayo. Si aún así insiste en polemizar, ofrézcale un café endulzado con antidepresivo.
Sobretodo, no juegue con los vampiros. Ellos son sagaces y hambrientos. Mejor estar lejos de ellos. Y no olvide, para descargo de la conciencia, hacerse una autocrítica honesta para saber de qué lado se está. Porque, en materia de vampiros, toda víctima tiene, de vez en cuando, su día de verdugo
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Hace 1 día
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