En 1930, de la ciencia de la psicología y parapsicología, Karl Zenner (o Zener), colega de Joseph Rhine, diseñó un sistema para medir la PES (Percepción Extra Sensorial), o dicho de otro modo, la intuición, en las personas, en el supuesto de que esta capacidad cuando menos se halla latente en todas los individuos, pudiendo llegar a despertar, o incluso a variar, dependiendo de estados de ánimo, de concentración, y de otras variables.
Usted puede fabricarse estas cartas, dibujando las figuras en una cartulina blanca gruesa, o en una fina, y pegándolas luego sobre cartas de un mazo de naipes comunes que ya no use, para hacerse del dorso. Una vez recortadas y plastificadas, ya tiene su propio equipo de medición de la pes.
La forma más sencilla de realizar esta medición, es, luego de mezclar las cartas, pasarlas una a una delante de su vista, del lado del reverso, intentando "adivinar" la figura que por cada una se halla en el anverso. Simplemente relájese, tome la primera figura que le venga a la mente; intente no especular, no vaya contando cuántas figuras ha "pensado" de cada una, comprenda que quizás antes se haya equivocado y de pronto su capacidad intuitiva empieza a despertar, en medio del procedimiento. Vaya anotando en un papel cada figura "adivinada", en orden, quizás en columna. Al finalizar, tome el mazo de cartas que usted ha ido acomodando una a una y delo vuelta, entonces vea cuáles fueron esas figuras, y verifique cuántos sean sus aciertos y desaciertos.
Lo normal (por una cuestión de estadísticas o de probabilidades) es que la gente tenga entre cinco y seis aciertos. Es decir, si usted obtiene una de estas cifras, su pes está durmiendo el sueño de los héroes.
Pero no se aflija, todavía no está todo dicho. Hay otras variantes más para realizar esta prueba, y comprobar que no sea solo que usted posee una pes "rebelde".
Por cierto, acertar por encima de seis marca un grado interesante de intuición, pero también lo indica adivinar por debajo de cuatro, una o ninguna.
Pero otra variante es hacerlo acompañado. Alguien puede ir pasando las cartas por usted, y anotando lo que usted dice, una vez puede hacerlo sin mirar las cartas quien las pasa, y otra mirándolas. Esto es porque quizás su pes aflora de manera telepática, en contacto y participación con otra persona. A partir de ahí, valen las mismas condiciones que si trabajara a solas.
Aún, si solo acertara entre cinco y seis naipes, hay una última oportunidad. No es lo mismo "confundir" cuadrados con círculos (figuras rellenas) y cruces con estrellas (figuras con punta), que en otra correspondencia. La percepción fallida en el orden antedicho también marca una tendencia, la que podríamos añadir como "medio punto"; es decir, si usted nunca supera las cinco o seis cartas de acierto, pero comúnmente "confunde" círculos con cuadrados o estrellas con cruces, puede añadir "medio punto" por cada caso, a los cinco o seis aciertos.
Para el caso, tome una hoja en blanco, tracé en ella una cruz, marcando cuatro cuadrantes proporcionalmente distribuidos en el papel, y pida a alguien que le dibuje cuatro cosas concretas y diferentes, y que no se las muestre. Luego, con el papel dado vuelta, intente adivinar qué hay dibujado en cada uno de los cuatro cuadrantes. Puede tocar el papel si lo considera necesario (lo mismo al intentar adivinar cartas zener, puede tocar las cartas), pues algunas personas demuestran capacidad pes de manera táctil.
En el caso del dibujo, le sorprenderá si confunde montañas con olas, por ejemplo.
Otra forma es que alguien oculte algo pequeño en una caja de cartón, madera o metálica, por ejemplo, y que usted tenga que adivinar qué hay adentro. También vale tocar la caja si lo considera necesario.
Cuando menos, todo esto puede ser un pasatiempo entretenido para una tarde de lluvia.
La suerte de una buena carta (no es solo una canción de Alan Parsons)
El mazo de cartas consta de cinco figuras, repetidas cinco veces, es decir, se constituye en cinco series, lo que da un total de veinticinco naipes. Las figuras son, el cuadrado, el círculo, la cruz, la estrella de cinco puntas, y ondas u olas. Aclaremos que aquí no habrá ninguna interpretación de las cartas que hacer.Usted puede fabricarse estas cartas, dibujando las figuras en una cartulina blanca gruesa, o en una fina, y pegándolas luego sobre cartas de un mazo de naipes comunes que ya no use, para hacerse del dorso. Una vez recortadas y plastificadas, ya tiene su propio equipo de medición de la pes.
La forma más sencilla de realizar esta medición, es, luego de mezclar las cartas, pasarlas una a una delante de su vista, del lado del reverso, intentando "adivinar" la figura que por cada una se halla en el anverso. Simplemente relájese, tome la primera figura que le venga a la mente; intente no especular, no vaya contando cuántas figuras ha "pensado" de cada una, comprenda que quizás antes se haya equivocado y de pronto su capacidad intuitiva empieza a despertar, en medio del procedimiento. Vaya anotando en un papel cada figura "adivinada", en orden, quizás en columna. Al finalizar, tome el mazo de cartas que usted ha ido acomodando una a una y delo vuelta, entonces vea cuáles fueron esas figuras, y verifique cuántos sean sus aciertos y desaciertos.
Lo normal (por una cuestión de estadísticas o de probabilidades) es que la gente tenga entre cinco y seis aciertos. Es decir, si usted obtiene una de estas cifras, su pes está durmiendo el sueño de los héroes.
Pero no se aflija, todavía no está todo dicho. Hay otras variantes más para realizar esta prueba, y comprobar que no sea solo que usted posee una pes "rebelde".
Por cierto, acertar por encima de seis marca un grado interesante de intuición, pero también lo indica adivinar por debajo de cuatro, una o ninguna.
Variantes del ejercicio con cartas zener
Mínimamente, pruebas como la descrita anteriormente, se deben repetir tres veces. Pruebe en distintos estados, sentándose a la mesa apenas después de hacer sus quehaceres; luego, intentando relajarse; una tercera vez, fumando, bebiendo un café o saboreando un caramelo. Siempre trabaje en un ambiente silencioso y reposado, a solas.Pero otra variante es hacerlo acompañado. Alguien puede ir pasando las cartas por usted, y anotando lo que usted dice, una vez puede hacerlo sin mirar las cartas quien las pasa, y otra mirándolas. Esto es porque quizás su pes aflora de manera telepática, en contacto y participación con otra persona. A partir de ahí, valen las mismas condiciones que si trabajara a solas.
Aún, si solo acertara entre cinco y seis naipes, hay una última oportunidad. No es lo mismo "confundir" cuadrados con círculos (figuras rellenas) y cruces con estrellas (figuras con punta), que en otra correspondencia. La percepción fallida en el orden antedicho también marca una tendencia, la que podríamos añadir como "medio punto"; es decir, si usted nunca supera las cinco o seis cartas de acierto, pero comúnmente "confunde" círculos con cuadrados o estrellas con cruces, puede añadir "medio punto" por cada caso, a los cinco o seis aciertos.
Y si nada de esto da resultado, ¡usted todavía tiene esperanzas!
Hay personas con las que el sistema no funciona, simplemente porque ya saben cuáles son las figuras entre las que tienen que elegir, pero si a esas mismas personas se las somete a otros tipos de prueba, de tener que "adivinar" sobre algo que desconocen, es probable que terminen manifestando alguna capacidad pes.Para el caso, tome una hoja en blanco, tracé en ella una cruz, marcando cuatro cuadrantes proporcionalmente distribuidos en el papel, y pida a alguien que le dibuje cuatro cosas concretas y diferentes, y que no se las muestre. Luego, con el papel dado vuelta, intente adivinar qué hay dibujado en cada uno de los cuatro cuadrantes. Puede tocar el papel si lo considera necesario (lo mismo al intentar adivinar cartas zener, puede tocar las cartas), pues algunas personas demuestran capacidad pes de manera táctil.
En el caso del dibujo, le sorprenderá si confunde montañas con olas, por ejemplo.
Otra forma es que alguien oculte algo pequeño en una caja de cartón, madera o metálica, por ejemplo, y que usted tenga que adivinar qué hay adentro. También vale tocar la caja si lo considera necesario.
Cuando menos, todo esto puede ser un pasatiempo entretenido para una tarde de lluvia.
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