1. Haz cosas que te den una sensación de plenitud, júbilo y sentido, que confirmen tu valor. Observa tu vida como tu propia creación, y esfuérzate por hacerla positiva.
2. Préstate, afectuosamente, mucha atención a tí mism@; sintoniza con tus necesidades a todos los niveles. Cúidate, es decir, nútrete, apóyate y estimúlate tú mism@.
3. Libera todas las emociones negativas: resentimiento, envidia, miedo, tristeza, enojo. Expresa adecuadamente tus sentimientos; no te aferres a ellos. Y perdónate.
4. Fíjate mentalmente imágenes y objetivos positivos, cuadros de lo que verdaderamente quieres lograr en tu vida. Cuando aparezcan imágenes inquietantes, vuelve a concentrarte en las que te despiertan sentimientos de paz y júbilo.
5. Ámate a tí mism@, y ama a los demás. Haz del amor el propósito y la principal expresión de tu vida.
6. Establece relaciones gratas, afables, sinceras, que dejen margen a la expresión y al cumplimiento de tus necesidades de intimidad y seguridad. Procura sanar las heridas de relaciones pasadas (antiguos amantes, hermanos, padres…)
7. Haz una contribución positiva a tu comunidad, mediante alguna forma de trabajo o de servicio que valores y que además disfrutes haciendo.
8. Comprométete con la salud y el bienestar, y cultiva tu fe en la posibilidad de una salud total.
9. Acéptate y acepta todo lo que hay en tu vida como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Sé agradecid@. Cuando sientas que te has comportado mal, perdónate, aprende todo lo que puedas de la experiencia, y después sigue adelante.
10. Conserva el sentido del humor.
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