La terapia del par biomagnético se basa en las propiedades magnéticas de los componentes del cuerpo humano. Su objetivo es conseguir el equilibrio bioenergético y del pH del cuerpo.
"El par biomagnético está compuesto de dos cargas principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración fundamental del pH de los órganos que las soportan”, explica el médico Isaac Goiz Durán, de la Universidad Autónoma de Puebla (México), quien a finales de los años ochenta desarrolló un método de tratamiento a partir de la disciplina terapéutica y natural conocida como biomagnetismo médico. En 2005 expuso los resultados de su trabajo, experiencias clínicas incluidas, en el libro Par biomagnético, biomagnetismo médico y bioenergética. Experiencias de curación.
“En los últimos años han sido diagnosticados y tratados con este procedimiento muchos miles de pacientes, de los cuales un 98% han mejorado sustancialmente o se han curado por completo. Aunque el número de sesiones depende del tipo de dolencia que se padezca, de su gravedad y antigüedad, y del estado del paciente (edad, metabolismo, estilo de vida, etc.), el tratamiento habitual consiste en una secuencia inicial de tres sesiones semanales, que puede prolongarse durante algunas semanas hasta obtener una mejoría definitiva. Desde la primera o segunda sesión suele empezarse a notar una evolución positiva.
La bióloga y terapeuta Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico DAEG TVP, destaca que “en no muchas sesiones un gran porcentaje de pacientes experimentan rápidas y notables mejorías”.
Virus y bacterias
Isaac Goiz comprobó que las bacterias y los parásitos viven y crecen en un entorno alcalino, mientras que los hongos y los virus lo hacen en uno ácido. Con arreglo a esto, cuando se aplican imanes de una determinada fuerza (desde 1.000 hasta 15.000 Gauss de potencia) y polaridad en puntos específicos del cuerpo es posible corregir el pH de las células y restablecer así el equilibrio del organismo. Recordemos que el pH es neutro en un tejido sano y tiene el valor de 7.3. Sin embargo, cuando se modifica esta medida es señal de que se ha vuelto alcalino o ácido y entonces el medio se vuelve propicio para que se desarrollen y vivan todo tipo de gérmenes patógenos. Sus investigaciones han permitido a Goiz distinguir cerca de 250 pares biomagnéticos (campos magnéticos con polo norte y sur) que cubren prácticamente todas las afecciones glandulares, enfermedades y síndromes. En teoría, las cargas del par biomagnético tienen la misma intensidad, el mismo número de partículas elementales y la misma frecuencia bioenergética, de modo que cuando se aplican juntas, debido a los efectos de la inducción magnética, se anulan sus potencias respectivas y los gérmenes patógenos pierden su información genética y su capacidad destructora. El fenómeno permite identificar el origen de las enfermedades virales y bacterianas, así como las alteraciones glandulares producidas por microorganismos patógenos en los órganos.
PH neutro
Cada enfermedad tiene su propio par o asociación de pares biomagnéticos y puede ser tratada aplicando imanes sobre los polos en cuestión. El polo sur o positivo (generado por exceso de iones H+) lleva a la acidificación y favorece la presencia y el desarrollo de virus. Por el contrario, el polo norte o negativo (generado por déficit de H+ y por la presencia de radicales libres) lleva a la alcalinidad y favorece la presencia y desarrollo de bacterias y otros gérmenes. “Al hacer que se enfrenten por inducción magnética una carga con su carga contraria –explica Mercedes García– estos imanes permiten que aquellas se anulen mutuamente. Así se restaura la neutralidad del pH en los órganos afectados. Sus funciones se restablecen con normalidad y los microorganismos patógenos desaparecen al hacerlo también el ambiente que necesitaban para subsistir”. El doctor Raymond Hilu, que en 2009 invitó a Isaac Goiz a efectuar unos experimentos con gota de sangre (MÁS ALLÁ, 234) en España para comprobar el funcionamiento del par biomagnético, se sintió impresionado con los resultados: “Es una de las terapias más eficaces que he conocido en los últimos tiempos. Además, es sumamente sencilla de aplicar y carece de efectos secundarios. Los microorganismos patógenos presentes en la sangre desaparecieron en cuestión de quince minutos y la circulación sanguínea mejoró”.
Hilu precisa que el par no actúa sobre la patología, sino sobre el pH y los microorganismos que la generan. Por eso hay que tratar a cada paciente de forma diferente, en función de estos elementos. Por su parte, Mercedes García señala que “el par biomagnético es un sistema limpio, inocuo, preciso y eficaz. Permite diagnosticar una alteración fisiológica incluso antes de que aparezcan los síntomas y, por ello, es una terapia preventiva. Una vez aparecidos los síntomas permite neutralizar la causa que los produjo”.
Más datos en:
Web: www.institutopsicobiologico.com
Web: www.institutohilu.com
Imanes terapéuticos. Más que campos magnéticos
Los imanes se utilizan en medicina por su eficacia para obtener determinadas respuestas corporales. Actúan sobre el organismo humano de la siguiente forma:
– Estimulan los puntos de acupuntura y el flujo de energía por los meridianos.
– Influyen positivamente en las células sanguíneas al magnetizar el núcleo de hierro de las moléculas de hemoglobina.
– Aumentan el flujo sanguíneo y elevan la temperatura corporal.
– Aceleran la asimilación de sales debido a la magnetización de los iones metálicos.
– Influyen sobre los impulsos nerviosos y pueden, por tanto, utilizarse como anestésicos.
– Propician el equilibrio entre el anabolismo y el catabolismo.
– Modifican los campos magnéticos de los microorganismos patógenos debilitándolos o causándoles la muerte.
"El par biomagnético está compuesto de dos cargas principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración fundamental del pH de los órganos que las soportan”, explica el médico Isaac Goiz Durán, de la Universidad Autónoma de Puebla (México), quien a finales de los años ochenta desarrolló un método de tratamiento a partir de la disciplina terapéutica y natural conocida como biomagnetismo médico. En 2005 expuso los resultados de su trabajo, experiencias clínicas incluidas, en el libro Par biomagnético, biomagnetismo médico y bioenergética. Experiencias de curación.
“En los últimos años han sido diagnosticados y tratados con este procedimiento muchos miles de pacientes, de los cuales un 98% han mejorado sustancialmente o se han curado por completo. Aunque el número de sesiones depende del tipo de dolencia que se padezca, de su gravedad y antigüedad, y del estado del paciente (edad, metabolismo, estilo de vida, etc.), el tratamiento habitual consiste en una secuencia inicial de tres sesiones semanales, que puede prolongarse durante algunas semanas hasta obtener una mejoría definitiva. Desde la primera o segunda sesión suele empezarse a notar una evolución positiva.
La bióloga y terapeuta Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico DAEG TVP, destaca que “en no muchas sesiones un gran porcentaje de pacientes experimentan rápidas y notables mejorías”.
Virus y bacterias
Isaac Goiz comprobó que las bacterias y los parásitos viven y crecen en un entorno alcalino, mientras que los hongos y los virus lo hacen en uno ácido. Con arreglo a esto, cuando se aplican imanes de una determinada fuerza (desde 1.000 hasta 15.000 Gauss de potencia) y polaridad en puntos específicos del cuerpo es posible corregir el pH de las células y restablecer así el equilibrio del organismo. Recordemos que el pH es neutro en un tejido sano y tiene el valor de 7.3. Sin embargo, cuando se modifica esta medida es señal de que se ha vuelto alcalino o ácido y entonces el medio se vuelve propicio para que se desarrollen y vivan todo tipo de gérmenes patógenos. Sus investigaciones han permitido a Goiz distinguir cerca de 250 pares biomagnéticos (campos magnéticos con polo norte y sur) que cubren prácticamente todas las afecciones glandulares, enfermedades y síndromes. En teoría, las cargas del par biomagnético tienen la misma intensidad, el mismo número de partículas elementales y la misma frecuencia bioenergética, de modo que cuando se aplican juntas, debido a los efectos de la inducción magnética, se anulan sus potencias respectivas y los gérmenes patógenos pierden su información genética y su capacidad destructora. El fenómeno permite identificar el origen de las enfermedades virales y bacterianas, así como las alteraciones glandulares producidas por microorganismos patógenos en los órganos.
PH neutro
Cada enfermedad tiene su propio par o asociación de pares biomagnéticos y puede ser tratada aplicando imanes sobre los polos en cuestión. El polo sur o positivo (generado por exceso de iones H+) lleva a la acidificación y favorece la presencia y el desarrollo de virus. Por el contrario, el polo norte o negativo (generado por déficit de H+ y por la presencia de radicales libres) lleva a la alcalinidad y favorece la presencia y desarrollo de bacterias y otros gérmenes. “Al hacer que se enfrenten por inducción magnética una carga con su carga contraria –explica Mercedes García– estos imanes permiten que aquellas se anulen mutuamente. Así se restaura la neutralidad del pH en los órganos afectados. Sus funciones se restablecen con normalidad y los microorganismos patógenos desaparecen al hacerlo también el ambiente que necesitaban para subsistir”. El doctor Raymond Hilu, que en 2009 invitó a Isaac Goiz a efectuar unos experimentos con gota de sangre (MÁS ALLÁ, 234) en España para comprobar el funcionamiento del par biomagnético, se sintió impresionado con los resultados: “Es una de las terapias más eficaces que he conocido en los últimos tiempos. Además, es sumamente sencilla de aplicar y carece de efectos secundarios. Los microorganismos patógenos presentes en la sangre desaparecieron en cuestión de quince minutos y la circulación sanguínea mejoró”.
Hilu precisa que el par no actúa sobre la patología, sino sobre el pH y los microorganismos que la generan. Por eso hay que tratar a cada paciente de forma diferente, en función de estos elementos. Por su parte, Mercedes García señala que “el par biomagnético es un sistema limpio, inocuo, preciso y eficaz. Permite diagnosticar una alteración fisiológica incluso antes de que aparezcan los síntomas y, por ello, es una terapia preventiva. Una vez aparecidos los síntomas permite neutralizar la causa que los produjo”.
Más datos en:
Web: www.institutopsicobiologico.com
Web: www.institutohilu.com
Imanes terapéuticos. Más que campos magnéticos
Los imanes se utilizan en medicina por su eficacia para obtener determinadas respuestas corporales. Actúan sobre el organismo humano de la siguiente forma:
– Estimulan los puntos de acupuntura y el flujo de energía por los meridianos.
– Influyen positivamente en las células sanguíneas al magnetizar el núcleo de hierro de las moléculas de hemoglobina.
– Aumentan el flujo sanguíneo y elevan la temperatura corporal.
– Aceleran la asimilación de sales debido a la magnetización de los iones metálicos.
– Influyen sobre los impulsos nerviosos y pueden, por tanto, utilizarse como anestésicos.
– Propician el equilibrio entre el anabolismo y el catabolismo.
– Modifican los campos magnéticos de los microorganismos patógenos debilitándolos o causándoles la muerte.
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