En última instancia te conviertes en aquello que haces de manera repetida. Si los hábitos que tienes no generan un beneficio para ti, directamente te están haciendo daño. Aquí van algunos ejemplos de esas pequeñas cosas que te privan de la felicidad, si así lo permites:
1. Concentrarte en la vida de otros y no en la tuya.
No te conformes con la las historias...